A escasas horas que de desaparezca el régimen de cuotas lácteas que ha regulado el sector durante mas de treinta años, los ganaderos se encuentran en una tesitura doble y así, mientras los ganaderos encuadrados en cooperativas, en Euskadi, principalmente, en la cooperativa KAIKU se encuentran en una situación relativamente tranquila gracias a la estructuración de las últimas décadas, por otra parte, una buena parte de las industrias que operan en el mercado nacional de la leche pretenden imponer, a través de los contratos que tienen que suscribir con los productores, condiciones asfixiantes y fuera de toda lógica. Se imponen a los ganaderos precios muy por debajo de los costes de producción y límites en las cantidades a entregar a la industria, en algunos casos con cuotas incluso mensuales, y además se prevén penalizaciones por si existieran incumplimientos.
Los ganaderos vascos encuadrados en el movimiento cooperativo observan con inquietud la desaparición del sistema de cuotas, un sistema de control de la producción a fin y al cabo, en tanto que puede suponer un importante incremento de la producción en países con mejores estructuras y la entrada masiva de su leche en nuestro mercado hundiendo, de paso, los precios pagados al ganadero.
Los ganaderos han vuelto a hacer sus deberes, amoldándose al nuevo escenario sin cuotas lácteas que se presenta a partir de mañana 1 de abril y profesionalizándose al máximo tanto en sus establos, maquinaria como en el manejo del ganado y en su propia formación.
Por ello, las grandes inversiones en las explotaciones dirigidas a la modernización y el abastecimiento de animales, han significado en muchos casos un fuerte endeudamiento que acompañado de una mínima rentabilidad, principalmente, por los altos costes de la alimentación animal, resultado de la volatilidad de los mercados de futuros de materias primas.
En esta tesitura, la organización agraria ENBA plantea una serie de políticas dirigidas a una mayor y mejor estructuración del sector productor en torno a la cooperativa KAIKU, exigimos apoyo para la recogida de la leche de explotaciones de montaña con el fin de compensar los sobrecostes que tiene la producción en la montaña, requerimos del compromiso de las cadenas de distribución para que no utilicen la leche como producto gancho en sus ofertas y oxigenen la cadena láctea en su conjunto con unos precios más acordes con la calidad del producto y finalmente, rogamos a la industria que den pasos valientes en una mejor estructuración del sector industrial con un proceso de alianzas entre las empresas de base cooperativa para así, afrontar con mayor éxito los retos planteados por la creciente concentración del sector de la distribución.
La desaparición del sistema de cuotas supondrá, al menos en teoría, una total iberalización de la producción, no obstante, los ganaderos deben ser conscientes que deben producir, sólo, aquello que sean capaces de vender a un precio digno y para ello, es imprescindible, contar con una recogida garantizada y con una industria estrechamente vinculada al mercado consumidor, entre otras formas, a través de acuerdos con la distribución.